El Método del Tratamiento Manejo de Contingencias

El Manejo de Contingencias (CM por sus siglas en inglés) es un método comprobado científicamente para reducir el uso de sustancias en los/las adolescentes. Basado en los principios del manejo del comportamiento y la terapia cognitiva conductual (CBT por sus siglas en inglés), CM identifica los factores que contribuyen al uso de sustancias en los/las adolescentes y ofrece un sistema de reemplazo con incentivos y desincentivos para promover la abstinencia de las drogas y el comportamiento prosocial. CM típicamente consiste en 20-24 sesiones ambulatorias, con sesiones por los menos una vez por semana. Sin embargo, según cómo progresa el/la adolescente en el tratamiento, las sesiones pueden ser menos frecuentes. Los componentes claves de CM incluyen:

 

Participación familiar:

CM es un tratamiento basado en la familia. Debido a eso, una madre, padre, u otro adulto responsable, participa directamente en CM. Las madres y los padres juegan un papel importante en la identificación de las cosas que conducen al uso de drogas (los desencadenantes), el monitoreo y supervisión entre sesiones del/la adolescente, la implementación del plan de recompensas, y el apoyo al plan de recuperación a largo plazo.

Identificación de los desencadenantes:

Los/las terapeutas guían a la familia en determinar cuáles cosas conducen al uso de drogas en el/la adolescente, y las personas, lugares, pensamientos, y sentimientos que ayudan a evitar el uso.

Entrenamiento para el auto-manejo y las habilidades de rechazar a las drogas:

Usando las estrategias conductuales y de CBT, el/la terapeuta CM ayuda a los/las adolescentes a desarrollar las habilidades necesarias para evitar situaciones de alto riesgo y manejar las situaciones inevitables.

Sistema de recompensas:

 El objetivo de las recompensas proporcionadas por CM es de reemplazar las que sostienen el uso de sustancias y a la vez debilitar el poder de la influencia de las sustancias en el comportamiento. Se incluyen recompensas no monetarias (por ej. privilegios) tanto como las monetarias (por ej. vales) que sean atractivas para el/la adolescente. Estas se proporcionan (o se quitan) regularmente según los resultados de las pruebas de drogas.

Pruebas de drogas:

Las pruebas de drogas se usan como una evaluación objetiva y medible del uso de drogas del/la adolescente. Se administran durante sesiones de terapia, en otras citas, y en la casa por la madre/el padre del/la adolescente. El intervalo se determina según la droga de elección del/la adolescente y los momentos de alto riesgo.

Promoción de la autoeficacia:

Las etapas posteriores de CM enfocan en reforzar las habilidades y la planificación para abordar dificultades futuros. CM prioriza la recuperación a largo plazo a través de la construcción de habilidades del/la adolescente y la madre/el padre.

Tratamiento individualizado:

CM se individualiza según las fortalezas y necesidades de cada adolescente y su madre y/o padre. Por eso se considera una terapia culturalmente competente y basada en las fortalezas. Se han desarrollado técnicas eficaces para superar las barreras, tales como la participación de los padres o los síntomas de la salud mental, y el apoyo continuo para solucionar éstas y otras dificultades está incluido como parte del entrenamiento CM.

 

La Investigación Científica que apoya CM

La investigación científica sobre el tratamiento ambulatorio del uso de sustancias en los/las adolescentes demuestra la eficacia de las técnicas conductuales y cognitivas.[1],[2],[3],[4],[5],[6],[7],[8] Se ha comprobado el éxito de estas técnicas dentro del ámbito de los tratamientos basados en la familia, y en el campo del tratamiento del uso de sustancias se apoya mayormente los modelos basados en la familia.[9]

CM es una de las intervenciones para el uso de sustancias más extensivamente validada.[10],[11],[12] Por ejemplo, estudios clínicos grandes han demostrado que CM logra índices más altas de abstinencia, duraciones de abstinencia más largas, índices más altas de cumplimiento del tratamiento, mejor calidad de vida, y menos síntomas de la salud mental y comportamientos de alto riesgo de VIH.[13],[14],[15],[16],[17] Una variación de CM desarrollado por Azrin, Donohue, y colegas produjo resultados positivos con adolescentes en varios estudios.1,[18],[19],[20] Ensayos aleatorizados de esta variación de CM demostró resultados significativamente mejores para jóvenes en condiciones CM, comparado con la consejería de apoyo, para la abstinencia del uso de drogas, problemas de comportamiento y de la salud mental, y la asistencia al empleo o a la escuela. Los jóvenes que recibieron CM fueron ocho veces más probables de abstenerse comparado con jóvenes que recibieron la consejería de apoyo.19  Otros científicos han replicado los efectos positivos de CM en los adolescentes (por ej., [21],[22],[23],[24]). Significativamente, las investigaciones recientes sobre CM para el uso de sustancias en adolescentes se ha basado en terapeutas comunitarias de terapia ambulatoria, lo cual demuestra que existen tratamientos efectivos y, cuando se implementan fielmente, estos tratamientos pueden disminuir el uso de sustancias y mejorar el funcionamiento de los/las adolescentes.


[1]Azrin, N. H., Donohue, B., Besalel, V. A., Kogan, E. S., & Acierno, R. (1994). Youth drug abuse treatment: A controlled outcome study. Journal of Child and Adolescent Substance Abuse, 3, 1-16.

[2]Bry, B. H., & Krinsley, K. E. (1992). Booster sessions and long-term effects of behavioral family therapy on adolescent substance use and school performance. Journal of Behavior Therapy and Experimental Psychiatry, 23(3), 183-189.

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[4]Henggeler, S. W., Pickrel, S. G., & Brondino, M. J. (1999). Multisystemic treatment of substance-abusing and -dependent delinquents: Outcomes, treatment fidelity, and transportability. Mental Health Services Research, 1(3), 171-184.

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[18]Azrin, N. H., Acierno, R., Kogan, E. S., Donohue, B., Besalel V. A., & McMahon, P. T. (1996). Follow-up results of supportive versus behavioral therapy for illicit drug use. Behaviour Research and Therapy, 34, 41-46.

[19]Azrin, N. H., McMahon, P. T., Donohue, B., et al. (1994). Behavior therapy for drug abuse: A controlled treatment outcome study. Behaviour Research and Therapy, 32(8), 857-866.

[20]Donohue, B., & Azrin, N. H. (2001). Family behavior therapy. In E. F. Wagner, H. B. Waldron (Eds.), Innovations in adolescent substance abuse interventions. New York, NY: Pergamon Press.

[21]Henggeler, S. W., Halliday-Boykins, C., Cunningham, P. B., Randall, J., Shapiro, S. B., & Chapman, J. E. (2006). Juvenile drug court: Enhancing outcomes by integrating evidence-based treatments. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 74, 42-54.

[22]Henggeler, S. W., McCart, M. R., Cunningham, P. B., & Chapman, J. E. (2012). Enhancing the effectiveness of juvenile drug courts by integrating evidence-based practices. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 80(2), 264-275.

[23]Stanger, C., Budney, A. J., Kamon, J. L., & Thostensen, J. (2009). A randomized trial of contingency management for adolescent marijuana abuse and dependence. Drug and Alcohol Dependence, 105(3), 240-247.

[24]Stanger, C., Ryan, S. R., Scherer, E. A., Norton, G. E., & Budney, A. J. (2015). Clinic- and home-based contingency management plus parent training for adolescent cannabis use disorders. Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry, 54(6), 445-453.